
Los aborígenes llamaban a este enclave fértil y verde: Arautapala o Araotava, y formaba parte del menceyato guanche (una especie de municipio aborigen) de Taoro. La tradición cuenta que su gran jefe Bencomo vivió en dos cuevas contiguas en el barranco de El Pino.
El Adelantado (jefe político y militar español) Fernandez de Lugo se ocupó de dividir las tierras una vez terminada la conquista, reservándose personalmente una buena parte del territorio.


