
De la lucha canaria ya se tiene referencia en los antiguos pobladores de las Islas Canarias. Los nativos la utilizaban para resolver conflictos domésticos o disputas con relación a la propiedad de la tierra.
El combate de lucha libre se lleva a cabo en un círculo de arena, conocido como «terrero». Dos luchadores deben entrar en el círculo con el objetivo de derribar al oponente a través de una serie de maniobras de lucha libre. El combate termina cuando uno de los luchadores toca la arena con cualquier parte del cuerpo que no sean los pies.
Un aspecto de este deporte popular es que es una prueba palpable de su carácter noble y que siempre sorprendió a los cronistas y extranjeros que fueron testigos de esta disciplina. El gesto del ganador sorprende puesto que extiende su mano para ayudar a que el perdedor se ponga de pie, y lo acompaña hasta su puesto de salida.