Muchos lo describen como la isla de la eterna primavera y tienen razón para llamarlo de esa manera, porque Santa Cruz de Tenerife tiene un clima que se puede envidiar, ni demasiado caliente ni demasiado frío. De hecho, las temperaturas medias varían entre 17 y 18 grados durante el invierno y pueden subir a 28 ó 30 grados en verano.
La temperatura del agua del mar es agradable, y se puede ir a nadar en algunas de sus numerosas playas. Esta situación climática se debe a múltiples factores, como los vientos predominantes, los alisios, la orografía de la isla, y un mar limpio y frío.